Nuestra pequeña empresa, CONSERVAS LEYENDA, dio sus primeros pasos allá por el año 1992, en un pequeño pueblo riojano, El Villar de Arnedo. Hoy podemos asegurar que somos una de las más importantes marcas de delicatesen de todo el país.
Sin embargo, ¡nuestros comienzos no fueron nada sencillos! Lejos quedan los años en los que teníamos que recorrer el litoral español con nuestra humilde furgoneta, parando prácticamente tienda por tienda ofreciendo nuestros primeros productos e intentando poco a poco, alcanzar la ambiciosa meta que nos propusimos. Dicha meta no era otra que acercar a todo el mundo unas especialidades exclusivas y diferentes, elaboradas en todo su proceso de la manera más artesanal posible por las manos más experimentadas. Listas para degustar.
Por todo ello no podemos olvidarnos del verdadero y humilde origen de CONSERVAS LEYENDA. Todo comenzó en las décadas de los 70 y 80, cuando la familia Valerio era la propietaria de la Cafetería Oliver en Calahorra (La Rioja). Nuestro contacto con la gente de la calle era continuo y fue esa cercanía la que nos hizo darnos cuenta de que los hábitos de nuestros clientes a la hora de comer estaban cambiando de manera radical en muy poco tiempo. Nosotros nos esforzábamos a diario por ofrecerles un menú sabroso y saludable, ya que a menudo nuestros clientes se quejaban de lo difícil que era comer bien por la falta de tiempo. De esa tradición restauradora surgió el deseo de acercar nuestra cocina casera, elaborada con lo mejor de la huerta calagurritana, a todas las despensas del país.
Por aquellos entonces la conserva, que era y es una de las actividades económicas con mayor importancia de la zona de la ribera del Ebro, no estaba tan desarrollada como la conocemos hoy en día, ya que se limitaba a unos pocos productos precocidos para su posterior elaboración en casa. Todavía no se fabricaban productos ya cocinados en conserva, ni nuestra mayor especialidad: la conserva delicatessen. Así es que decidimos comenzar nuestra pequeña hazaña, y hoy después de tantos años de duro trabajo y esfuerzo, podemos asegurar con certeza y decir con orgullo que fue una gran idea, pero que no por haber llegado donde hoy estamos nuestro espíritu emprendedor y luchador va a disminuir, ya que seguimos teniendo en mente de dónde venimos y hacia dónde vamos, que no es otro lugar que su cocina.
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